Comer. No sólo es una evidente necesidad, sino uno de los grandes placeres de la vida. ¿Se han preguntado qué o cómo comeremos en el futuro? ¿Será como algo sacado de un libro de ciencia-ficción?
Algunos se imaginan que será algo así como la manera de alimentarse que propone el creador de un muy particular producto, protagonista absoluto de este post.
Se trata del alimento en polvo Soylent: un otrora proyecto que ya es una realidad y que se encuentra a la venta en su página web, en donde además se explica de manera detallada todos sus beneficios, con tabla nutricional incluída. Nos guste o no, lo que no se puede negar es que innovador es un rato largo. Pero… ¿En qué o quién estaba pensando el creador de este producto? Veamos un poco que hay detrás de esto.
¿Salir de la Matrix? ¿Mirar al futuro?
Soylent, cuyo nombre hace honor al título de una película de ciencia-ficción sobre el impacto del crecimiento descontrolado de la población busca conquistar paladares que no tengan la necesidad de explorar, sino de alimentarse de la manera más mecánica posible. Para los que no han visto la película, esta transcurre en el año 2022, y nos relata como la población de Nueva York que cuenta para entonces con unos 40 millones de habitantes, vive en condiciones miserables. Para combatir el hambre se crea un alimento sintético, el Soylent Green, pero el policía Thorn y el viejo Roth, un superviviente de otra época, sospechan que detrás del nuevo alimento hay algo inquietante… ¿Imaginan qué puede ser? No les voy a decir el qué, salvo que me parece que este Soylent del mundo real tiene un nombre bastante escalofriante. En lo particular, el producto me recordó de inmediato a lo que comen Neo, Trinity, Morpheo y compañía cuando están en el «mundo real», cayendo igual en el terreno de la ciencia ficción. ¿Apetecible? Quizás no, pero sí muy práctico, sobre todo en situaciones especiales de vida o en ciertas labores que requieran ahorro de tiempo y/o dinero.
Este Soylent del mundo real, es un compuesto en polvo, que según su creador, cuenta con todas las vitaminas, proteínas, minerales, sales y nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Como era de esperarse ha despertado reacciones encontradas, desde quienes anuncian orgullosos haber recibido la primera muestra, los escépticos que auguran una caída tan rápida como su ascenso o los alarmistas que lo han bautizado como “el fin de la comida tal y como la conocemos”. Si me preguntan, diría que para gustos se inventaron los colores… y se siguen inventando los productos! Sino pregúntenle motivos a los más de 30 mil benefactores anónimos que dieron su luz verde con sus donativos a través de un crowdfunding para invertir en la investigación. ¿Simple gusto o necesidad de una comida muy rápida y práctica? ¿O el ver muy cercano un futuro donde los recursos alimenticios ya no den para todos? Sean cuales sean los motivos, lo cierto es que existe un mercado especial de consumidores dispuestos a alimentarse con lo mismo día a día, olvidando la variedad, el sabor y la relación de la alimentación y nutrición con el placer de alimentarse, o que simplemente no relacionan la comida necesariamente con algo placentero sino que la ven como algo netamente funcional.
Y la idea es de…
Hablemos un poco del creador, Rob Rhinehart. Ingeniero de software de profesión, de quien se dice es uno de los miles de jóvenes que aspiraban a crear desde San Francisco una empresa con un grupo de amigos, atraer rápidamente a clientes e inversores y lanzar el negocio. Como él mismo ha explicado, tras varios intentos fallidos, el dinero se agotaba y Rhinehart tiró de una libreta para calcular dónde podía recortar gastos. “Estaba invirtiendo tiempo y dinero en comida, así que pensé en una solución barata y sencilla que cubriera mis necesidades nutricionales”, dijo en una entrevista teléfonica. Comenzó entonces a indagar en estudios científicos hasta crear el alimento artificial. Para consumirlo sólo haría falta mezclarlo con agua. Como el mismo explica, “en polvo la comida es más estable, se puede conservar más tiempo, no hace falta ir tantas veces al supermercado ni cocinarla y no tenemos que preocuparnos de las bacterias que la estropean”. Y siguiendo con sus, sin duda, buenos argumentos, Rhinehart asegura que ha perdido peso, duerme mejor y se concentra más.
¿Los convence? A muchos no, y él estaba consciente de que esto sería así. Por esto hizo uso de las redes sociales para lanzar su revolucionario producto. Y es que Rhinehart pertenece a la generación de emprendedores que buscan aplicar la efectividad de las herramientas online en sus vidas, un movimiento denominado life hacking. La nueva estrella de Silicon Valley registró durante meses todos los cambios que notó al consumir Soylent, cómo se sentía, las cantidades que introducía en la fórmula, las distancias que alcanzaba haciendo ejercicio, entre otros detalles que iba compartiendo en su blog a la vez que invitaba a sus lectores a que le ayudasen a perfeccionar la fórmula. Toda esta movida logró convencer a unos cuantos: su «revolución» alimenticia en directo se convirtió en una campaña de crowdfunding de gran éxito. Soylent, con apenas seis empleados, recaudó tres millones de dólares antes de salir al mercado.
Sus clientes pueden elegir entre varias fórmulas, compartir los resultados en el portal soylent.me, e incluso debatir las implicaciones del producto para el futuro en un foro. Con todo esto consiguió reunir a una comunidad dispuesta a probar otra forma de alimentarse, aunque eso signifique saltar a un vacío de resultados no probados. Puede que muchos de los integrantes de esta comunidad como asegura Rhinehart, no extrañen la comida en su tradicional versión sólida. “Estoy muy ocupado durante la semana y prefiero alimentarme con Soylent. El fin de semana, si me apetece, puedo comer algo sólido y lo disfruto aún más”, defiende. ¿Será verdad que sólo se alimenta con esta bebida durante la semana?
Muchos lo ponen en duda, y entre ellos, como era de esperarse, muchos nutricionistas y expertos en alimentación. Ante esto Rhinehart insiste en defender su producto, incluso con una confianza que roza la soberbia y expone otro razonamiento: dice que la comida sólida exige más trabajo al organismo para procesarla y que además, “Soylent no le da al cuerpo nada que no necesita”. Es cierto que existen los suplementos en forma de batido que se emplean en hospitales, en tratamientos para perder peso o luchar contra determinadas enfermedades bajo vigilancia médica. Pero, esta lo que muchos nos preguntamos: ¿qué puede tener de beneficioso el sustituir el 100% de nuestra alimentación con un líquido cuando hablamos de personas sanas o que no deseen o tengan que seguir ningún régimen especial?
Para algunos no hay nada de beneficioso, y aún a pesar de esto, se asegura además que el producto cumple con las regulaciones de la Agencia de Seguridad Alimentaria de EEUU y que se esta trabajando con un experto médico, cuya identidad no se quiere revelar, para perfeccionarlo. Ante estas declaraciones, la Agencia de Alimentación y Medicamentos (FDA) de EEUU aseguran que toda la información disponible sobre Soylent indica que se trata de un producto para sustituir la comida convencional y que debería ser regulado como tal. “No disponemos de información registrada sobre este producto y tampoco damos autorizaciones para sustancias que reemplacen a los alimentos”, asegura la FDA.
Como hemos visto, tal parece que no importa lo que digan expertos y organismos oficiales, el producto esta a la disposición y se esta mucho hablando de él, por lo que hasta el momento su creador puede cantar victoria. Pero, a saber por cuanto tiempo. Como siempre quedan muchas interrogantes: ¿Nacerá una nueva tendencia en alimentación? ¿Quedará esto sólo como una moda pasajera? ¿Llegará esto a ser algo común en un futuro? Como dicen por ahí, amanecerá y veremos. Mientras tanto, seamos testigos de cómo la realidad va alcanzando a la ficción.





