«Always look on the bright side of life…»- Monty Phyton.
Echar un vistazo al calendario es ver que parece que cada vez hay más días internacionales de algo, teniendo solo este mes de Enero días como el de la nieve (19), del Community Manager (27), del abrazo (21), el de la croqueta (16, ese nos encanta por cierto jajaja) y, por supuesto, como no podía ser en otro mes, tenemos el llamado Blue Monday, el conocido como el día más triste del año.

Y encima es #bluemonday… «no pasa nada», o ¿sí?
Esto del Lunes triste es algo relativamente reciente, ya que se celebra desde el 2005 cuando el profesor y psicólogo de la universidad de Cardiff, Cliff Arnall, marcó esta fecha, el tercer lunes de Enero, como la más deprimente después de haber trabajado en una fórmula para determinar cuál era el peor día del año con motivo de una campaña publicitaria. Dicho esto, veamos un poco más acerca de este día azul y, como siempre, la química asociada a él.
La fórmula.
Más allá de que los Lunes siempre han sido el día más demonizado de la semana, hay otros factores que añaden más tristeza a este día en particular. Así, se tiene que la fórmula del profesor es la siguiente:
Dónde tenemos que:
W: es el tiempo atmosférico; D: la deuda económica actual; d: el sueldo mensual, T: el tiempo transcurrido desde Navidad; Q: duración de los propósitos de Año Nuevo; M: niveles de motivación y Na: el sentimiento de necesidad de hacer algo.
OK, todo muy coherente con lo que son estos días hasta que surge la pregunta: ¿en qué unidades se mide cada factor? No lo dicen, no se sabe, y ya solo con eso, es evidente que esta fórmula no se sostiene, es ilógica desde un punto de vista científico, aunque, y hay que decirlo, quizás no, desde uno emocional. Claro esta, recordemos que esto es más psicología que otra cosa, y sí, podría servir de alguna manera como reflexión post-decembrina, pero nada más.
Como toda teoría, en este caso bulo, están los detractores, teniendo entre ellos una muy exitosa campaña de turismo canaria que se titulaba Stop Blue Monday en la cual el psicólogo creador del concepto invitaba a deshacernos del mito, y unirnos a la iniciativa para demostrar su falsedad. Tal fue su éxito que hasta el mismísimo Cliff Arnall se unió a ella, tal y como pueden ver a continuación.

Hasta el propio Cliff terminó rechazando su teoría…
Aquí en Cuestión de Química, nos encanta el concepto de que cada quién es responsable de su felicidad, como no, pero no podemos negar que esta afirmación de Arnall tenga mucho sentido: el mes de Enero siempre ha tenido esa connotación de “cuesta arriba”, y más este año por cierto. Así que por unos motivos u otros, nos parece que, por desgracia, no va nada mal encaminada esta teoría tan azul, a la que, sin embargo, podemos combatir con nuestra infalible amiga, la química.
Química al rescate.
Aquí algunos aliados con los que podemos contar para contrarrestar este Lunes Azul o días tristes en general. Válido para todo el año. 😉 Veamos.
*Vitamina D: existe una clarísima correlación entre bajos niveles de vitamina D y el llamado trastorno afectivo estacional, bajones anímicos que se producen en otoño e invierno y que afectan hasta al 10% de la población (o hasta más). También se sabe que esa vitamina interviene activamente en la síntesis de los neurotransmisores dopamina y la serotonina, cuyos bajos niveles están vinculados a la depresión.

Así nos ayuda la química 🙂
*Deporte: ayuda en la producción de endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad, y que además ayuda a generar noradrenalina, una sustancia que ayuda al cerebro a responder mejor al estrés.
*Música y risas: existen cada vez más evidencias científicas de la relación entre la música y el cerebro, ya que esta ayuda a activar áreas cerebrales relacionadas con el placer, a la regulación el estrés, y con ello, hasta tendría la capacidad de potenciar el sistema inmunológico. Qué decir de las risas, siempre asociadas a la generación de esas tan necesarias endorfinas. El buen humor siempre es clave, da igual el día que sea.
*Chocolate: existen también numerosos estudios que dan fe de cómo esta maravilla ayuda a mejorar el estado de ánimo. Ojo con excederse que luego nos entra el bajón por subir de peso (jajaja). Pero en cantidades controladas, y salvo que no exista alguna contraindicación, es un aliado muy poderoso. Decir también que hay otros estudios que correlacionan una mayor cantidad de chocolate con una mayor predisposición a sufrir depresión, así que de nuevo, moderación es la palabra clave.
Se podría decir que, en resumen y ya que hablamos de fórmulas, una buena anti-blue monday sería salir así sea una media hora a un parque a dar un paseo, llevar un reproductor de música con nuestras canciones favoritas y por qué no, una pequeña chocolatina de vez en cuando. Hacer como dice la canción: Always look at the bright side of life, o al menos intentarlo, ver el lado lado más positivo de la vida, algo que, de nuevo y como ya les he dicho en otro post, es mucho más fácil de decir que de hacer, pero muy necesario. Nuestro estado de ánimo y nuestra salud nos los agradecerán.
Y hasta aquí, este recorrido de Lunes Azul, espero al menos haberles sacado una sonrisa y que de algo les sirva esta pequeña nota. Me despido con un temazo inspirado en este día, un clásico de los 80’s para aquello de escuchar música para las endorfinas y… ¡porque sí! jejeje En esta página también amamos la música. 🙂
Como siempre, mucho ánimo, gracias por leerme y… ¡hasta la próxima!