«En algún lugar, algo increíble está esperando a ser descubierto» – Carl Sagan.
Seguramente habrás escuchado o leído acerca del cometa 3I/ATLAS, el misterioso visitante interestelar que muchos dicen se acerca peligrosamente a la tierra o, que incluso, es una nave extraterrestre. Más allá de esto, que ha sido desmentido, lo que no se puede negar es que es tremendamente excepcional.

El 3I/ATLAS, captado por Gemini Norte, muestra su brillante estela y su densa atmósfera de gas y polvo que envuelve su helado núcleo. Vía NOIRLab.
A propósito de su máxima aproximación al sol a finales de este mes de Octubre, y del revuelo causado por su supuesta llegada a la tierra, a continuación te presento 7 curiosidades que explican porqué 3I/ATLAS es tan fascinante tanto para científicos como para, digámoslo así, público en general.
1. Tiene más dióxido de carbono que agua.
El James Webb Space Telescope (JWST) confirma que su atmósfera (la denominada coma del cometa) está dominada por dióxido de carbono (CO2), con una proporción casi ocho veces mayor que el agua (H2O). Esta relación no se había visto antes en ningún cometa.
Los astrónomos creen que 3I/ATLAS se formó en regiones extremadamente frías de otro sistema estelar, donde el agua quedó atrapada en el hielo mientras que el CO2 se liberaba con facilidad.
2. Contiene hielo de agua, pero se comporta como un «cometa frío».
Aunque el CO2 domina su composición, observaciones de los telescopios SPHEREx y Swift/UVOT confirmaron la presencia de agua mediante la detección del radical OH, producto de su disociación. Lo sorprendente es que esta actividad se observó cuando el objeto estaba a más de 3,5 UA del sol (unos 520 millones de km.), una distancia en la que el hielo de agua permanece congelado.
Los astrónomos creen que 3I/ATLAS posee un núcleo muy poroso o fracturado, que permite que pequeñas cantidades de calor solar penetren a profundidad. Ese calor, junto con la sublimación de otros gases más volátiles como el CO2, podría arrastrar moléculas de agua hacia la superficie, provocando actividad incluso en condiciones gélidas. Este proceso lo convierte en un «cometa frío», un tipo de cuerpo que libera gases y vapor de agua mucho más lejos del Sol de lo habitual.
3. Emite metales: un fenómeno casi único.
Las observaciones del Very Large Telescope (VLT) revelaron que libera níquel (Ni I) y hierro (Fe I) desde su superficie, pero en una proporción anómala. En la mayoría de los cometas del sistema solar, ambos metales aparecen en cantidades similares, aunque en trazas muy pequeñas. En cambio, en el Sol y en los meteoritos, la diferencia es enorme: el hierro es muchísimo más abundante (hasta diez veces más que el níquel).
Lo llamativo en 3I/ATLAS es que ocurre todo lo contrario: el níquel domina sobre el hierro, con una razón Ni I/Fe I mucho mayor que la observada en cualquier otro cometa conocido. Esto sugiere que su composición química o el proceso que libera los metales es diferente al de los cuerpos formados en nuestro sistema solar, lo que refuerza su origen interestelar y su rareza.
4. Cambia de color: de rojo a verde brillante.
En las primeras observaciones mostraba un tono rojizo, típico de los cometas ricos en polvo orgánico, Pero conforme se acercó al sol, empezó a brillar en tonos verdes, debido a la emisión de gas cianógeno (CN). Cuando la radiación solar ultravioleta incide sobre este gas, sus moléculas se excitan y desprenden un resplandor verde, un proceso conocido como fluorescencia.
Este cambio óptico ha generado titulares y también confusión: algunos afirmaron que “emite su propia luz”, aunque la NASA aclaró que se trata de un fenómeno químico natural, y no de luminosidad propia.
5. Inspiró teorías sobre tecnología alienígena.
El astrofísico Avi Loeb (Harvard) planteó que 3I/ATLAS podría ser una sonda interestelar artificial, debido a su trayectoria precisa, su brillo metálico y su composición atípica.
Sin embargo, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) desmintieron esas especulaciones diciendo básicamente que no había evidencia de que 3I/ATLAS sea artificial y que todo apunta a que es un cometa natural, aunque extremadamente inusual.
La comparación con el Oumuamua (2017) reavivó el debate sobre si algunos objetos interestelares podrían ser tecnológicos, aunque los datos actuales revelan, o más bien respaldan, su origen natural.
6. Gira con precisión y muestra signos de actividad interna.
Los estudios fotométricos revelan que 3I/ATLAS rota cada 16 horas, con leves variaciones periódicas de brillo. Estas oscilaciones podrían deberse a chorros de gas o vapor que emergen de diferentes regiones del núcleo, impulsados por la radiación solar a medida que el objeto gira.
Estos chorros se producen cuando el calor del Sol sublima los hielos del interior, liberando gases que modifican temporalmente el brillo y la orientación del cometa. Este comportamiento, observado también en algunos cometas del sistema solar, confirma que 3I/ATLAS tiene una actividad interna compleja y dinámica, muy probablemente relacionada con su composición exótica.
7. Es parte de una muy especial «familia cósmica»… pero el más raro de todos.
3I/ATLAS comparte origen interestelar con los célebres Oumuamua y 2I/Borisov, pero su química y actividad lo convierten en el más enigmático de los tres. Aquí la comparación:
Otro apunte interesante es que su trayectoria hiperbólica demuestra que no permanecerá en el Sistema Solar: alcanzará su punto más cercano al Sol a finales de Octubre, seguirá su viaje realizando un acercamiento a Júpiter en Marzo de 2026, para luego dirigirse nuevamente hacia el «infinito y más allá», llevándose consigo los secretos de su química tan particular como extrema.
Como ven, aunque algunos insistan en verlo como una “nave extraterrestre”, los datos apuntan a algo, si se quiere, aún más asombroso: un fragmento único y muy auténtico de otro sistema estelar. Y así, mientras continúa su trayecto, 3I/ATLAS nos recuerda como el universo sigue lleno de misterios esperando ser comprendidos.
Hasta aquí, la curiosa nota de hoy, como siempre muchas gracias por estar ahí, y… ¡Hasta la próxima!


