Es innegable que hay una tendencia cada vez mayor hacia el consumo de productos ecólogicos, aquellos «libres de químicos» o que dicen ser buenos para la salud. Y es que existe una especie de aversión si se quiere a la mera palabra «químico»; la cual a menudo es sinónimo de toxinas o veneno. De hecho, se usan frases como «está lleno de químicos» para decir que algo es artificial y, por ende, malo.
Basta pasearse por un supermercado para ver la cantidad creciente de productos que dicen estar «libres de químicos»; cuando si nos ceñimos al más estricto sentido de la palabra, esto no puede ser así: todos los productos envasados que tienen alguna fecha de expiración suelen llevar conservantes, y esto son… sí, químicos! Sigue leyendo
