“El descubrimiento consiste en ver lo que todos han visto y pensar lo que nadie ha pensado” – Albert Szent-Györgyi.
El sabor, esa experiencia que nos conecta con lo que comemos, siempre ha sido objeto de curiosidad y evolución. Hoy, la química aplicada a la alimentación esta llevando esa búsqueda más lejos que nunca: algoritmos capaces de descubrir combinaciones inesperadas de ingredientes, proteínas transformadas en nuevas notas gustativas y técnicas que prometen sustituir aditivos artificiales por alternativas más seguras.
A continuación, exploramos como estas innovaciones están reescribiendo, de alguna manera, lo que significa comer con seguridad y placer.
