¿»Quesería» de mí sin ti…?

Todos hemos dicho alguna vez frases como «Uy, está para comérsel@» al referirnos a alguien que nos atrae o que simplemente nos parece muy bello. Parece exagerado eso de «comerse» a alguien, pero que tal si esto de alguna manera pudiera ser una realidad, y hasta pudieramos convertirnos en una especie de «caníbales»?

Las responsables del proyecto Selfamade,  Christina Agapakis (izq.) y Sissel Tolaas (der.)

Las responsables del proyecto Selfmade, Christina Agapakis (izq.) y Sissel Tolaas (der.)

Parece descabellado, pero hay quienes han dirigido sus esfuerzos para hacer esto posible. Se trata del proyecto «Selfmade» (“hecho a partir de uno mismo”, sería una traducción aproximada), que formó parte de la exhibición ‘Grow Your Own … Life After Nature’ en el Science Gallery de Dublín.

Para este proyecto, se presentaron en total 11 “quesos humanos”, desarrollados a partir de las bacterias extraídas de los ombligos, pies y lágrimas de artistas, escritores y queseros, entre los que podemos citar al activista y escritor de comidas Michael Pollan, al artista danés Olafur Eliasson, al crítico de arte Hans Ulrich Obrist, entre otros. “Cada uno tiene un único y diferente grupo de bacterias viviendo en la piel que podría ser amplificado a partir de técnicas microbiológicas, y que se cultivan directamente en leche para que luego tome la forma y sabor de cada queso” declaró Christina Agapaski, una de las científicas a cargo del proyecto Selfmade. Los quesos exhibidos no eran para degustar sino solo para oler, por lo que de alguna manera. los asistentes podían olfatear la versión láctea de las personas seleccionadas para hacer los quesos. 😉

No lo podemos cocinar a Pollan, pero sí olerlo...

No lo podemos cocinar a Pollan, pero sí olerlo…

Esta iniciativa inicialmente se denominó Bacterially, fue discutida en la Feria Mundial de Ciencia en Nueva York, y desarrollada por Sissel Tolaas, artista profesional e investigadora del olor, y Christina Agapakis, investigadora postdoctoral en biología sintética en la UCLA. Ambas buscaban entender la profunda conexión entre el cuerpo y la comida mediante la combinación de cultivos bacterianos tomados de muestras del cuerpo humano con antiguas técnicas culinarias, explorar las posibilidades de una “biología relacional sintética” a través de la práctica de la quesería y ver hasta donde se puede llegar usando bacterias humanas. Las responsables del proyecto pudieron constatar además como el ecosistema de la piel humana es a menudo muy similar a los microbios característicos del queso. «Muchos de los quesos que tienen olor más fuerte, tienen bacterias que están estrechamente relacionadas con las que se encargan de marcar el olor de las axilas y pies de los humanos» según la experta en olores Sissel Tolaas. Ya ven entonces como aquellas infames expresiones tales como «huele a queso» usadas para referirse a digamos un desagradable olor de pies, tienen su razón de ser.

Huele a queso!

¡Huele a queso!

Hablando de malos olores, vemos que si bien el queso apestoso Limburger a menudo se considera un manjar en el mercado, y un pie maloliente se considera a menudo desagradable, ambos olores son causados por una especie similar de bacterias Brevibacterium linens. Con estos descubrimientos se espera en un futuro crear colecciones de microbios de diseño con el fin de seleccionar y elegir las características de los quesos. ¡Vaya variedad de quesos tendremos! Y yo me pregunto: ¿Veremos algún día quesos desarrollados a partir de nuestras celebridades favoritas en los anaqueles de los supermercados? ¿Podremos de alguna manera un poco bizarra si se quiere, comernos un trozo de Madonna o Brad Pitt? Habrá que ver…  Cierro el post con la cara horrorizada de la Reina del Pop y este corto sobre la elaboración de estos particulares quesos humanos. ¡Buen provecho! 😉

¿Un queso con olor a Madonna?

¿Un queso con olor a Madonna?

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