«Aunque no podemos ir hacia atrás y tener un nuevo comienzo, podemos empezar desde ahora y conseguir un nuevo final«- Carl Bard.
Año nuevo y… ya me gustaría que todo fueran lindas noticias, pero parece que todos esos problemas que como raza humana tenemos que solucionar, siguen representando una amenaza y un enorme reto, entre ellos, las archiconocidas emisiones de CO2. En estos últimos dos años ya se han alcanzado cifras récord en cuanto a estas emisiones, y vemos también el muy reciente y tristísimo caso de Australia, en donde en tres meses se han alcanzado emisiones de unas 532 millones de toneladas, el equivalente a las que se suelen generar en un año.

Cifras de espanto…
Ante tal panorama, vemos como científicos en todo el mundo tienen ya años desarrollando nuevas tecnologías para ayudar a limpiar este CO2, logrando grandes y muy buenas innovaciones. En este post les contaré un poco sobre las más recientes y que me han parecido más interesantes y novedosas. Hay de todo, rocas, pilas y hasta oro! Sí, oro. Veamos…
¿Arboles de oro?
Horrible el título de este apartado, hasta yo lo odio, pero es lo primero que me vino a la mente para resumir un poco de qué va esta innovación en la extracción de CO2. Un equipo de científicos de la Universidad de Illinois han desarrollado una forma de lograr fotosíntesis artificial para transformar CO2 en moléculas complejas de combustibles licuables (incluyendo propano y butano). Se sabe además que estos combustibles son más fáciles de transportar, más seguros y al estar formados por moléculas de cadenas más largas permiten acumular energía más densamente.

Fotosíntesis sin clorofila…
En este proceso se utiliza la misma luz verde del espectro visible utilizado por las plantas durante la fotosíntesis natural para convertir el CO2 y el agua en combustible. Para ello, se usaron nanopartículas de oro para sustituir a la clorofila, absorbiendo éstas la luz verde y transfiriendo los electrones y protones necesarios para las reacciones químicas entre el CO2 y el agua. Se eligieron estas nanopartículas para los ensayos porque interactúan muy bien con las moléculas de CO2, son muy eficientes y no se degradan como las de otros metales. Además del propano y el metano, este método también permitiría fotosintetizar propeno, acetileno y etileno.
Contras: su reproducción a gran escala y que sea viable económicamente.
Gas petrificado.
Del oro pasamos al tierra de los géiseres, Islandia, país donde se esta transformando el gas en piedra. La técnica usada acelera un proceso natural que puede tardar millones de años en ocurrir, la mineralización del CO2. En este proceso, enormes turbinas absorben grandes cantidades de aire, reteniendo las moléculas de dióxido de carbono. Este CO2 es captado y transportado a lo largo de kilómetros de tuberías desde la central geotérmica de Hellisheidi, es disuelto en agua e inyectado a alta presión en roca basáltica, a unos mil metros de profundidad. Allí, el CO2 reacciona junto con el basalto quedando solidificado en forma de roca caliza. Según estimaciones se podrían extraer unas 50 millones de toneladas (vean el CO2 que producen los países al año en la gráfica de este mismo post para que se hagan una idea).

La startup suiza Climeworks, una de las responsables de esta novedosa tecnología.
Contras: Se consume muchísima agua, un elemento abundante en Islandia pero escaso en otros lugares. Por cada tonelada de CO2 inyectada hacen falta 25 toneladas de agua desalinizada. Ya se está experimentando si el sistema funciona también con agua salada. También algunos dirían, que el enfoque de esta tecnología de alguna manera da permiso para que existan emisiones de CO2 sin control.
¿Pilas limpiadoras?
Por último, la idea quizás más práctica. Se trata esencialmente de una pila de placas electroquímicamente cargadas que absorben CO2 de la corriente de gas que pasa sobre sus electrodos a medida que se carga y libera el CO2 puro durante su descarga. Los electrodos están cubiertos por un material llamado poliantraquinona, compuesto por nanotubos de carbono que los harían naturalmente afines al CO2 incluso en bajas concentraciones.

Electrodos para capturar CO2.
Su sistema de dos direcciones, carga y descarga, se puede llevar a cabo a T y P ambientales y como no requiere de altas concentraciones de CO2 se puede utilizar hasta, por ejemplo, en plantas embotelladoras de gaseosas, donde actualmente se quema combustible fósil para obtener el CO2 que da efervescencia a estas bebidas.
En cuanto al CO2 que se extrae, éste se podría también comprimir y almacenar bajo tierra para su eliminación a largo plazo o también convertirlo en combustible a través de otros procesos químicos. Otra ventaja de estos electrodos es que consumen poca energía, 1 Gigajulio por tonelada de CO2, poco en comparación a otras tecnologías que gastan hasta 10 Gigajulios por la misma cantidad.
Contras: Aún esta en funcionamiento a pequeña escala, aunque desde ya afirman que para aumentar su capacidad solo se requiere hacer más electrodos.
Es importante destacar que estas innovaciones de poco nos servirán si no tomamos conciencia como colectivo. Cada pequeña acción cuenta, y no es solo trabajo de las mentes brillantes de este mundo el afrontar estos problemas de los que todos somos responsables y que no sólo están deteriorando el planeta a pasos agigantados, sino también nuestra actual calidad de vida, y por supuesto, nuestro futuro.
Para finalizar, desde Cuestión de Química todo el apoyo a los valientes voluntarios, bomberos, veterinarios, y demás personas de gran corazón que están en la lucha contra los voraces incendios que azotan Australia y que están haciendo lo que está en sus manos para ayudar a víctimas humanas y animales. WIRES, la Cruz Roja entre otros son varios de los grupos con los que podéis colaborar. Les dejo un enlace donde podéis encontrar sitios donde hacer alguna donación si les nace.
Gracias por leerme y hasta la próxima.

La vida en el planeta es responsabilidad de todos…