¿De verdad ya estamos en la era de los Biocombustibles?

Hoy inauguro una nueva sección en mi blog, que estará enfocada en un tema que como ingeniero me atañe y me preocupa, y que además ha estado de alguna manera presente en otros posts del blog: el medio ambiente. Es una realidad que en los últimos años se ha hablado mucho acerca de los biocombustibles, y dada su importancia y repercusiones, es esta una realidad de la que no pienso escapar.

Proyecto en pleno desarrollo que esperemos sea muy fructífero. Nuestro planeta necesita muchas más iniciativas como estas.

Proyecto en pleno desarrollo que esperemos sea muy fructífero. Nuestro planeta necesita muchas más iniciativas como estas.

En tal sentido, quiero acercarme al tema de una manera un tanto indirecta si se quiere, y por esto lo haré a través de un proyecto  que esta ahora en pleno desarrollo y que forma parte de la tendencia cada vez más creciente a reducir la dependencia de la energía fósil: se trata del proyecto Biorefine 2G, el cual busca  producir un bioplástico.

Debido a su procedencia de residuos forestales este innovador plástico reducirá en un 50% la dependencia de los combustibles fósiles y permitirá obtener productos destinados a la industria del envase como láminas para termoformado, adhesivos y recubrimientos.

El proyecto que arrancó el pasado mes de noviembre de 2013 tendrá una duración de tres años y medio y en él participan junto con el instituto tecnológico del plástico Aimplas, la compañía de Tarragona EcoPolTech la empresa alemana de energías renovables WIP, el instituto de informática medioambiental IFU de Hamburgo, la biotecnológica portuguesa Biotrend, la refinería noruega Borregand y la Universidad de Lund de Suecia; todos bajo la coordinación de la Fundación Novo Nordisk de Dinamarca para la Biosostenibilidad.

En una fase inicial se están realizando los estudios de laboratorio por parte de los centros universitarios. Una vez se completen estos trabajos llegará el turno de los socios españoles y serán Ecopol Tech y Aimplas quienes obtendrán los biopolímeros y analizarán sus principales características para posteriormente fabricarlos en una escala de planta piloto, mientras que la biorefinería Borregard será la encargada de la implementación industrial y de la comercialización del producto, todo para llevar el proyecto a una fase comercial. Pero esto tiene un alcance que va mas allá de la producción de bioplástico, ya que también se quiere impulsar la fabricación de biocombustibles, y en especial, unos aún más beneficiosos que los conocidos como biocombustibles de primera generación.

Combustibles de primera generación: ¿valen la pena?

En palabras de Amador García, investigador principal del proyecto en Aimplas, “Biorefine 2G va a suponer un impulso muy importante para las biorefinerías de segunda generación, que no utilizan cultivos alimenticios para su funcionamiento, puesto que les permitirá asegurar su viabilidad económica a través de la generación de productos de mayor valor añadido, muy demandados por la industria y respetuosos con el medio ambiente. «Además permitirá reducir la dependencia del petróleo en la fabricación de polímeros ya que se emplea una fuente de carbono alternativo como son los residuos de biomasa”.

Actualmente las biorefinerías de segunda generación destinan un 20% de la biomasa que utilizan como materia prima a la obtención de bioetanol. El 80% restante corresponde a residuos que se valorizan en forma de biogas y que se usan para producir energía. Sin embargo, gracias a este proyecto europeo se pretende dar un alto valor añadido a estos residuos al transformarlos en biopolímeros. El resultado será un nuevo material fabricado en un 50% a partir de fuentes renovables como la biomasa forestal, residuos procedentes de la tala y la poda que se fermentan con levadura de cerveza.

Combustibles a partir de residuos forestales: llegarán para quedarse?

Combustibles a partir de residuos forestales: llegarán para quedarse?

¿La era de los combustibles de segunda generación?

Es importante acotar que los biocombustibles de segunda generación son vistos cada vez más como una alternativa preferida a los combustibles de primera generación, que fueron criticados por contribuir a la inflación alimentaria debido a que se basan en cultivos como el maíz, la caña de azúcar y la colza.

El Worldwatch Institute de Washington publicó en su sitio web un artículo con el título “Time to Move to a Second Generation of Biofuels”, en el que señala los resultados de 2 estudios científicos que han sido publicados en la revista Science y que corroboran que la expansión de las áreas usadas para producir la materia prima para los biocombustibles de primera generación podría generar la emisión de grandes cantidades de CO2 del suelo y de la biomasa existente.

Tales emisiones contrarrestarían en consecuencia, las ventajas presentadas por los biocombustibles en relación con su balance de gases invernaderos. Además, según la FAO, el precio del trigo habría doblado, las reservas mundiales de alimentos estarían en su nivel más bajo desde hace más de 20 años, y la ayuda en alimentos para los países en desarrollo habría disminuido debido a los precios elevados.

De acuerdo a los resultados de estos estudios existen casos en los cuales es posible que la producción de los biocombustibles produzca cantidades de CO2 aún mayores a las que se busca evitar durante su consumo, lo cual ocurriría como consecuencia de convertir hábitats naturales en cultivos energéticos. La razón de este efecto es que la biomasa existente en hábitats naturales contiene grandes cantidades de carbono que es emitido al aire cuando estos ecosistemas se convierten en cultivos agrícolas. 

¿Qué ironía no?

¿Qué ironía no?

Por otra parte, las tecnologías de segunda generación ofrecen un mayor rendimiento de las materias primas porque permiten aprovechar toda la celulosa y no solamente el azúcar, almidón o aceite. De esta manera es posible aprovechar una mayor parte de un cultivo existente, maximizando su rendimiento por hectárea, minimizando al mismo tiempo, la necesidad de expandir las áreas cultivadas o de usar cultivos alimenticios para producir biocombustibles.

Por lo general, se espera que requieran de cultivos menos intensivos, que su competencia con la producción de alimentos sea menor y que la demanda de energía fósil en los procesos de fabricación sea considerablemente reducida. Sin embargo, hasta hoy no existe ninguna producción comercial a gran escala, y por consiguiente no existen grandes experiencias al respecto. Todo el sector de los biocombustibles de segunda generación se encuentra todavía en fase de desarrollo y demostración, lo que implica que todos los datos que se tengan un alto nivel de incertidumbre.

Comparación entre biocombustibles de primera y segunda generación.

Comparación entre biocombustibles de primera y segunda generación.

Es por esto, que las proyecciones para el futuro desarrollo de los biocombustibles de segunda generación son divergentes. La Comisión Europea asume que para el año 2020 alrededor del 30%de los biocombustibles de la UE serán de segunda generación.Pero, considerando los grandes desafíos técnicos no resueltos,  la Agencia Internacional de Energía (IEA) concluye que aún en el año 2030 la producción de biocombustibles se basará en materias primas convencionales.

Los biocombustibles, ya sean convencionales o de segunda generación, van a ser adoptados en la medida que encajen en el «mix» de combustibles. Eso implica una variedad de desafíos ya que los diferentes tipos de biocombustibles presentan propiedades muy distintas. Las mala noticia es que ningún tipo de biocombustible cuenta con el potencial de sustituir la totalidad de combustibles fósiles en los grandes mercados, lo que nos lleva a la conclusión de que por ahora los combustibles fósiles seguirán dominando el abastecimiento del sector transporte de combustibles líquidos en el futuro previsible.

Quiero recalcar el POR AHORA, porque es innegable que proyectos como el BIOREFINE- 2G nos dan esperanzas de que se esta buscando activamente el camino para seguir innovando en la producción de energías limpias y sustentables, para que estas a la larga nos beneficien a todos. Para cerrar, sólo me resta decir que al igual que cuando se diseña un nuevo producto o se mejora uno ya existente, sale a relucir la palabra INNOVACIÓN! Y Química por supuesto! Seamos optimistas! 😉

¡La innovación es el camino!

¡La innovación es el camino!

2 comentarios en “¿De verdad ya estamos en la era de los Biocombustibles?

  1. Buenas! Me encanta que divulgues la ciencia de forma tan interesante. Estoy haciendo un doctorado sobre biocombustibles y me gustaría hacer un artículo de divulgación en vasco en una revista que se llama Elhuyar. Me gustaría saber si puedo utilizar una de las fotos de este artículo (la que tiene como título ¿qué ironía no?). Espero tu respuesta.

    Muchísimas gracias!

    • Hola, gracias por leerme ! Me alegro que te guste el contenido de mi blog! Puedes usar la imagen ya que yo no tengo los derechos sobre ella, la he sacado de la base de datos de imágenes de Google. Un saludo, y gracias por adelantado si mencionas mi blog en la revista 😀

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