1) La transparencia primero: etiquetas «clear»
De las etiquetas limpias a las etiquetas cada vez más claras y transparentes. Se prevee un aumento de la demanda por parte del consumidor de etiquetas cada vez más sencillas en el envase del producto. La manera de mostrar la información en los envases del producto será un punto clave este año. Sellos, certificaciones y todo tipo de logos acreditativos serán impresos en el packaging pues la «etiqueta limpia» debe ser puesta en la máxima evidencia. Los envases y la manera de mostrar esta transparencia serán un punto clave, además de que seguirán tomando relevancia los alimentos orgánicos, naturales, sin conservantes y que además se esfuercen en demostrarlo.
2) Alimentación cómoda: sabor y confort.
Cada vez será más valorado por el consumidor que la nutrición sea algo que pueda hacerse de manera rápida sin sacrificar el sabor. Comidas que pueden prepararse de manera fácil pero que su sabor tenga la altura de cocina gourmet. Por otra parte, continúa el interés por la cocina casera impulsado por programas de cocina en la televisión y por los gourmets que escriben en blogs; y se buscan productos que permitan múltiples combinaciones y versatilidad en la cocina como por ejemplo kits de ingredientes.
3) A la caza de los «Millennials»…
Los jóvenes entre los 15 y los 35 años son los ya archiconocidos «Millennials», que constituyen un grupo de consumo muy particular cada vez más interesado en la alimentación saludable, conocer qué hay detrás de las marcas y que además están dispuestos a probar nuevos productos sin darle tanto peso a las marcas. Son consumidores más abiertos a las nuevas experiencias, así como también los consumidores más informados y conectados. Es importante destacar también que este segmento de población representa alrededor de un tercio de la población mundial.
4) Snacks para cada ocasión.
Los snacks y la innovación en este tipo de productos es un campo de creación muy apetecido para la innovación. Snacks con algas, con verduras, con frutas listas que no pierden sus propiedades y que son fáciles de llevar. Hay a su vez, una infinidad de productos que llegan para cubrir las «entre horas», llegando algunas veces a reemplazar comidas como desayunos o cenas. El carácter nutritivo y saludable en este tipo de productos es cada vez más valorado e importante para los consumidores.
5) El lado bueno de las temidas grasas y carbohidratos.
Por años las grasas y las harinas han estado sentadas en el banquillo de los acusados. Pero, últimamente es clara la tendencia que, a pesar de seguir tratándose con cautela, sobre todo si las personas tienen una dieta estricta, muchos de estos productos también tienen aportes positivos a la salud. Eso sí, con un control claro de las cantidades. Las alegaciones relacionadas con las ‘grasas buenas’, como las grasas insaturadas, en las etiquetas de los productos de alimentación son cada vez más populares. También se buscan en las etiquetas que los azúcares sean naturales, hay un rechazo hacia los azúcares añadidos y/o los edulcorantes artificiales.
6) Proteínas para todos los gustos.
Nuevas propuestas para que las proteínas animales sean cada vez menos las más demandadas, tendencia que va de la mano con toda la ola de protección a los animales que también está en auge. Aunque el movimiento hacia alimentos ricos en proteínas no es nuevo, las empresas sí que están destacando ahora la fuente de las proteínas que se incorporan en los productos de alimentación. La búsqueda de nuevas fuentes de proteínas va en aumento, como por ejemplo, las algas, aceptadas por los consumidores, algunos superalimentos que están apareciendo con fuerza en la escena alimentaria, como la chía y la quinoa, o incluso los insectos, aunque estos últimos todavía tienen mucho camino por recorrer…
7) ¡Frutas! ¡Muchas frutas!
Las frutas como ingrediente nutritivo siempre han estado presentes y no dejarán de estarlo. Cada vez más nuevas innovaciones tomarán como base el uso de frutas, desde las más comunes hasta las más exóticas. Los snacks de frutas es una de las últimas tendencias. Se esta en busca de que las frutas estén siempre dentro del menú diario y varias veces al día: frutas en snacks, en yogures, etc.
8) El gran potencial de los alimentos congelados frente a los frescos.
Los avances en el procesado de los alimentos congelados permiten mantener mejor las propiedades nutricionales de los alimentos y conseguir productos fáciles, equilibrados y ricos. A pesar de no tener tan buena fama como la comida fresca, tienen muchas ventajas que podrían ser explotadas por sus creadores, ya que constituyen alimentos con mucho potencial gracias a que además pueden ser preparados con anterioridad y son perfectos para llevar.
9) Marcas blancas… ¡Cada vez más relucientes!
Las marcas de distribución o marcas blancas cada vez están siendo más valoradas. ¿Connotan menos esos productos con un packaging simplón y de supuesta inferior calidad? ¡Para nada! ¿Por qué? Pues porque son productos que presentan la combinación ganadora de «cada vez mayor calidad a menor precio», lo cual los hace muy valiosos para los consumidores. Se protege el bolsillo sin sacrificar la calidad de la alimentación.
10) ¡La textura también importa!
Los alimentos innovan en sabores e ingredientes pero la textura no es algo que deje indiferentes a los consumidores: se buscan productos que mezclen texturas diferentes, entre las que destaca la textura crujiente y crocante, de los productos con base de cereal. Encontrar esa mezcla de suavidad con un poco de solidez, proponer trozos, mezclas entre lo sólido y lo líquido, en fin, se busca crear diferentes experiencias al comer y esa textura perfecta para el paladar del consumidor.
Para cerrar, solo queda decir que hay que ver que nos depara el año y que tan fuertes son estas tendencias o cual resulta ser la que marca más pauta… Y a ti que me lees te pregunto: ¿Qué te han parecido estas tendencias? ¿Crees que falta o sobra alguna? ¿Cuál crees que tenga el mayor impacto?









