Este año se prevé dar la bienvenida a otro producto fruto de la ingeniería al servicio del consumidor. Se trata de unas estanterías con sensores para analizar a los consumidores, que determinarían edad y sexo utilizando la tecnología de reconocimiento facial.
Y es que si nos ponemos a ver, las estanterías no son solo un simple punto de venta. Constituyen el lugar que registra nuestras reacciones quizás más espontáneas, esas reacciones que pueden dar indicios de qué producto nos agrada, cual no y/0 cual acabaremos comprando. Sigue leyendo

